La sostenibilidad se ha convertido en un eje central para las empresas que buscan no solo cumplir con normativas ambientales, sino también responder a las expectativas de los consumidores, cada vez más conscientes del impacto ecológico de sus decisiones de compra.
Dentro de este contexto, la logística se hado posiciona como un área crítica para reducir la huella de carbono y optimizar el uso de recursos en la cadena de suministro y distribución. Las prácticas tradicionales de logística, históricamente centradas en la reducción de costes y la eficiencia operativa, ahora deben integrar estrategias sostenibles que minimicen su impacto medioambiental.
Según confirma un estudio de Miebach sobre el futuro de la logística y las cadenas de suministro, la sostenibilidad se reconoce cada vez más como un diferenciador estratégico en el mercado mundial. Así pues, los imperativos de sostenibilidad están redefiniendo las normas de la cadena de suministro, con la digitalización a la vanguardia de este profundo cambio. Y entre las muchas tecnologías que se están aplicando en este ámbito, los sistemas de gestión de almacenes (SGA) desempeñan un papel esencial.
Un SGA (Sistema de Gestión de Almacenes) es una herramienta informática utilizada para gestionar de manera eficiente las operaciones diarias de un almacén o centro de distribución. Entre sus funciones principales se incluyen la recepción, almacenamiento, picking, empaquetado y envío de productos. Además, un sistema de gestión de almacén ofrece visibilidad en tiempo real sobre el estado de los inventarios, lo que facilita la toma de decisiones informadas y la optimización de recursos.
Por ello, las empresas que quieran reducir su impacto medioambiental pueden confiar en los SGA que ofrecen funciones de apoyo a la logística verde. Estas funcionalidades van más allá de la mera eficiencia operativa, abarcando estrategias que minimizan el desperdicio, reducen el consumo de energía y promueven la sostenibilidad en toda la cadena de suministro. Pero, ¿cómo lo hacen?
Una de las formas más directas en que un SGA puede contribuir a la ecologización de las operaciones logísticas es optimizando el uso del espacio dentro del almacén. Un almacenamiento eficiente no solo maximiza el uso de las instalaciones existentes, sino que también evita, en la medida de lo posible, la necesidad de ampliar un almacén o construir un nuevo emplazamiento, con todas las consecuencias que ello conlleva.
El SGA permite también una asignación óptima del espacio de almacenamiento al identificar las ubicaciones más adecuadas para cada tipo de producto. Esto se logra mediante algoritmos avanzados que consideran factores como la rotación de inventario (referencia ABC), las dimensiones de los productos y las rutas de picking. Al minimizar el espacio desperdiciado, se reduce la necesidad de energía para mantener el almacén, especialmente en términos de calefacción, refrigeración e iluminación. La optimización del espacio, unida al hecho de que el SGA indicará el mejor recorrido de preparación en función de los artículos de que se trate, permite también reducir el número de desplazamientos de los operarios, ya sea a pie o en carretilla.
Además, al optimizar el picking, un SGA puede reducir significativamente el desperdicio de materiales. Por ejemplo, un SGA puede identificar el embalaje más adecuado para el pedido que debe expedir, ahorrando así costes de transporte. ¿Quién no ha recibido alguna vez un paquete demasiado grande para su contenido?
Por último, la implantación de un SGA conlleva inevitablemente una reducción drástica del uso de papel en un almacén, ya que todo está indicado y validado en la herramienta. Los operarios ya no necesitan editar los pedidos para prepararlos.
Con una mejor previsión, las empresas pueden reducir el exceso de inventario, lo que no solo disminuye el espacio y la energía necesarios para el almacenamiento, sino que también reduce el riesgo de obsolescencia de productos. Esto es especialmente importante en sectores en los que los productos tienen una vida útil limitada o están sujetos a una fuerte estacionalidad, como la alimentación y las bebidas, donde una gestión eficaz de las existencias puede evitar la producción de residuos.
Más allá de las eficiencias operativas, un SGA puede ser un catalizador para fomentar una cultura de sostenibilidad dentro de la organización. Al proporcionar datos sobre el desempeño ambiental del almacén puede sensibilizar a los equipos sobre el impacto de sus acciones y motivarles a adoptar prácticas más sostenibles.
Por ejemplo, un SGA pueden destacar áreas donde se está desperdiciando energía o materiales, lo que permite a los gerentes tomar medidas correctivas rápidamente. También pueden identificar oportunidades para reciclar materiales o implementar iniciativas de reducción de residuos. Con el tiempo, este enfoque basado en datos puede ayudar a inculcar un enfoque más sostenible en toda la organización.
La implementación de un SGA no solo mejora la eficiencia operativa de un almacén, sino que también es un componente esencial para avanzar hacia una logística más verde. Al optimizar el uso del espacio, reducir el consumo de energía, mejorar la planificación y fomentar una cultura de sostenibilidad, un SGA puede ser un aliado poderoso en la reducción del impacto ambiental de las operaciones logísticas.
En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más importante para consumidores, reguladores e inversores, las empresas que adopten tecnologías como los SGA para promover la logística verde estarán mejor posicionadas para competir y prosperar a largo plazo.
Desde ACSEP estamos comproometidos con promover una logística más respetuosa con el medio ambiente, por eso tratamos de ayudar a nuestros clientes no sólo a mejorar y optimizar sus operaciones, sino a hacerlo de una manera sostenible y consciente.
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