El transporte es una de las partidas más costosas y con mayores retos dentro de la cadena de suministro, pero sigue siendo uno de los procesos menos tecnológicos.
Según el estudio “La era del transporte digitalizado” de PwC, el uso de tecnologías en este sector podría crecer hasta un 47% antes de 2030, evidenciando la urgente necesidad y oportunidad de modernizar esta función clave.
Y es que, a pesar de su impacto directo en los márgenes y en la experiencia del cliente, muchas empresas continúan gestionando el transporte mediante hojas de cálculo, correos electrónicos y llamadas telefónicas.
Esto genera problemas recurrentes: falta de visibilidad en tiempo real, costes descontrolados, errores administrativos, tiempos muertos en los muelles y disputas con transportistas, entre otros.
En un entorno donde cada segundo y cada euro cuentan, digitalizar el transporte se ha convertido en una necesidad estratégica.
Una de las mayores dificultades es no saber qué sucede con cada envío en tiempo real. ¿Ha llegado el transportista? ¿Se ha producido alguna incidencia? ¿Está todo listo para la facturación?
Sin trazabilidad completa, la gestión pierde eficacia, la capacidad de reacción disminuye y los costes aumentan.
La gestión manual y la falta de planificación generan cuellos de botella invisibles, como esperas prolongadas en muelles y asignaciones de recursos poco óptimas.
Cada minuto perdido afecta la productividad y los costes.
Sin herramientas específicas para analizar, validar costes y elegir el mejor transportista, es difícil negociar con proveedores o detectar facturaciones incorrectas.
Esto provoca gastos innecesarios y falta de control presupuestario.
La gestión de pedidos, seguimientos, reclamaciones y facturación suele ser intensiva en el trabajo manual, aumentando la probabilidad de errores y retrasos.
Cada empresa tiene procesos, productos y circuitos logísticos únicos. Las empresas sin TMS o con un TMS desarrollado y enriquecido in-house, con el tiempo, se pueden ver limitadas. Las soluciones rígidas obligan a adaptar la operación al software, y no al contrario.
La coordinación entre cliente, operador, transportista y proveedor es vital.
Cuando cada parte utiliza herramientas distintas, la comunicación se rompe y la toma de decisiones se retrasa.
Medir y reducir la huella ambiental del transporte es ya un requisito para muchas empresas, pero sin herramientas específicas es casi imposible cumplir con las políticas de sostenibilidad.
Gestionar el transporte con métodos tradicionales ya no es viable si buscas crecer y profesionalizar tu logística. La clave está en adoptar un sistema de gestión de transporte (TMS) que combine visibilidad en tiempo real, control de costes, automatización y colaboración fluida entre todos los actores.
Aquí es donde soluciones como OneWorld, el TMS de ACSEP, entran en juego: una plataforma diseñada para cubrir todos estos retos.
OneWorld centraliza la información de cada envío, optimiza la asignación de recursos y automatiza procesos administrativos, permitiendo anticipar incidencias y reducir tiempos muertos. Su enfoque modular y configurable se adapta a las necesidades específicas de cargadores, 3PL y 4PL, integrándose fácilmente con sistemas ERP y SGA.
En definitiva, contar con un TMS avanzado como OneWorld no solo digitaliza tu transporte, sino que convierte su gestión en una ventaja competitiva real.
En ACSEP te ayudamos a analizar tu operativa y a elegir la solución tecnológica que mejor se adapta a tus necesidades.
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